Posada Tarahumara nace del encuentro entre la hospitalidad, el amor por la cocina y la conexión con la naturaleza. Fundada en junio de 1998 por Ana Julieta y Jorge José, este proyecto comenzó siendo un restaurante rústico con alma casera y visión gastronómica. Su cocina fue durante años punto de encuentro de grandes amistades vinculadas a la restauración nacional e internacional, quienes no solo compartían recetas y preparaban platos memorables, sino que también sembraron la semilla de lo que hoy es Tarahumara: una posada familiar con vocación de servicio y belleza natural.
Gracias al impulso y asesoría de estos amigos y cocineros, el restaurante abrió sus puertas como uno de los primeros especializados de todo Galipán y el quinto establecimiento turístico del poblado. Años después, en 2004, se inauguró la primera cabaña: Tertulia, dando paso al área de alojamiento. Desde entonces, la posada ha ido creciendo de forma orgánica, sin perder la calidez ni el espíritu original que la distingue.
Nuestra visión y misión
Hoy, Tarahumara mantiene una misión clara: ofrecer experiencias que integren descanso, gastronomía, naturaleza y buen trato humano en un entorno auténtico. Nuestra visión es seguir siendo un referente de turismo boutique en Galipán, promoviendo el respeto por el entorno, el trabajo bien hecho y la conexión sincera con cada huésped.
Reconocimientos y menciones
A lo largo de los años, hemos sido reconocidos por medios nacionales e internacionales enfocados en turismo, estilo de vida y cultura. Nuestro nombre ha aparecido en publicaciones como Hola Europa, E! Entertainment Television, Sun Channel y otros espacios que han valorado tanto la propuesta gastronómica como la estética natural de nuestra posada. Además, hemos sido locación para programas de televisión y producciones sobre romance, cocina y escapadas en Venezuela.
Más allá de los reconocimientos formales, el verdadero valor de nuestra trayectoria está en la cantidad de personas que nos han acompañado: embajadores, actores, poetas, músicos, deportistas y viajeros comunes que han dejado aquí una parte de su historia. Cada visita nos honra por igual. Porque creemos profundamente que la esencia de Tarahumara no está solo en sus vistas o su cocina, sino en la forma en que se vive, se respira y se comparte.
Aquí, entre montañas, flores, senderos y sabores, el tiempo parece detenerse. La naturaleza que nos rodea no es solo paisaje: es compañía, refugio y parte de lo que somos.
Gracias por acompañarnos todos estos años. Lo mejor de esta historia es que aún se sigue escribiendo.